A mi llegada le dije que se guardara el mediodía para comer
conmigo y que buscara un restaurante para comer como “Dios manda”, me llevó al
restaurante “El cazador” donde dimos buena cuenta de un exquisito arroz con
liebre, unas gambas fresquísimas y unas carnes a la brasa para chuparse los
dedos, mención para Luís el propietario que es un cinco estrellas aparte de tener
una cocina de órdago a la grande.
Al día siguiente con agua, viento y frío llegamos a la finca
“El Hoyo” y como no, allí estaba mi buen amigo José María López- Pelegrín “Pele”
el organizador de las monterías que sigue teniendo una pasión desmesurada por
la caza: es un seguro de vida y una garantía para el que quiera pasar un día
de caza fantástico. Sigue estando María que le sigue los pasos a Pele y que
le soluciona miles de “papeletas”, María tiene el temple que solo las grandes
mujeres atesoran y quieras o no, con el talking-walking en la mano no para de
cuidar los detalles y que todo esté a punto desde que uno llega a la finca
hasta que se va. Siempre con una sonrisa y muy bonita por cierto.
Tengo que reconocer que las migas que nos dan en “El Hoyo”
son de lo mejorcito que se puede comer y por mucho que uno esté a régimen no puede dejar
de degustarlas. Después de saborear el típico desayuno montero: el sorteo, las
normas de seguridad y el rezo para el éxito y para recordar aquellos monteros
que nos han dejado. Últimamente tengo muy mala suerte, pésima diría yo y este
año me ha tocado un cortadero que más que un cortadero parecía una montaña
rusa. La bajada hacia el puesto no estuvo falta de aterrizajes con las
posaderas. Agua no… ¡lo siguiente! Se me mojaron hasta las tripas y nos
quedamos helados como un pajarito. “Ciclogénesis explosiva” la llaman ahora, en
nuestra época, en la antigüedad, se
llamaba “un frío y un tiempo del carajo”. Al terminar tomé la decisión de bajar en lugar
de subir y ahora mismo tengo agujetas hasta en las pestañas. Me encontré con los
muleros, pero me faltó arrojo para pedirles que a modo de res muerta me bajaran
hasta el llano, porque yo estaba casi muerto como si de una res se tratara. Un
plato de sopa hirviendo. De vuelta al hotel una ducha de media hora, me pedí un
bocadillo para comerlo en la habitación y al día siguiente me desperté con medio
bocata en la mano, estaba tan cansado que me hubiese quedado dormido cambiando
un billete.
De vuelta a la casa, tuve el gusto de saludar a Don Ángel
Rivas propietario de la finca y desde estas líneas aprovecho para agradecerle su
gran amabilidad.
Con el Sheriff de vuelta a Puertollano, al AVE y a casa.
Gracias a todos los organizadores, especialmente a María y a
Pele. A David y al Sheriff, mi amigo José Luís, que me ha atendido de manera
espectacular.
Os dejo datos de contacto por si algún montero quiere probar
la experiencia de cazar con esta organización y en esa finca espectacular.
IBERCAZA:
José María López-Pelegrín
Tel. 609777769
Para el que quiera tener un guía de cino estrellas:
Para el que quiera tener un guía de cino estrellas:
José Luís Herrera
(taxi) “El Sheriff de Puertollano”
Tel.
689592711
Tel.
669754744