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sábado, 17 de junio de 2017

MEDALLA
 
El último concierto de “VEUS PER A LA ESPERANÇA” “VOCES PARA LA ESPERANZA” que se realizó en el Auditorio de Barcelona el pasado día 11 de junio, pasaron muchas cosas y muy buenas.
El que se sienta en la butaca, contribuyendo con lo que puede y como puede a esta causa tan noble, espera un concierto digno y que le haga recordar aquellas arias de ópera y zarzuela que, en mayor o menor medida, les recuerden aquello que escuchan y/o escuchaban.
Entre bambalinas hay un ritmo frenético y sin pausa.
Es de bien nacido ser agradecido y no seré yo el que se salte este principio.
A todos y cada uno de los artistas que han colaborado en este evento: ¡¡¡GRACIAS!!!
Al Maestro Estrada, que hace volteretas para asistir y colaborar, al Maestro Oscar Lobete, ambos con una expresión al máximo, sensibilidad y con una entrega personal y pasional que está por encima de los límites de  todo, a ambos mi infinita gratitud.
Artistas de una calidad vocal y humana sin límites, todos sin excepción, no vino Norma Fantini que derramó lágrimas porque no le dieron permiso.
Tengo dos menciones personalizadas que debo hace, si no lo hago, no duermo.
Manuel Mas, barítono, que cuando le llamé y me dijo” Aldo,¡¡¡ lo que haga falta!!!”, Manuel Mas estaba en Albacete y dijo, voy aunque sea a rastras. Se levantó a unas horas que son ignominiosas, y cogió un tren, sin dormir, sin descansar y vino… y en su cansancio nos regaló su arte, su clase y su corazón. Mi agradecimiento más profundo a un artista de oro, por voz, por clase y por sentimiento.
Pero para darme fuerza a mi alma y a la de todos apareció el Maestro Fabio Armiliato; lo que él ha pasado solo lo sabe él, nadie más, pero su rostro era un entrelazado de dolor y de esperanza.  El abrazo fue de silencio y se transmitió algo que para mí me lo quedo.
Llegó el final del concierto, y el Maestro Armiliato me hizo entrega de la medalla de la fundación de Daniela Dessí aquella grandiosa artista que nos dejó, pero, allí donde esté, nos ayudará a todos de la misma forma que durante muchos años nos regaló su arte a través de su voz.
Pocas veces en mi vida me han temblado las piernas y cuando el Maestro Armiliato me entregó esa medalla, la medalla de la Fundación Daniela Dessí, me entró un escalofrío tremendo y me temblaron las piernas, ¡palabra!
Yo no la merezco, esa medalla se la merecen todos aquellos que padecen cáncer, todos aquellos que, desgraciadamente tienen familiares, amigos con cáncer, todos aquellos que diariamente se parten la cara para investigar y para luchar contra esta lacra. Ellos son los que la merecen y  mejor que la recibiera Pera Gascón, una de las personas más humanas, investigador insaciable y con un corazón inagotable, que, aparte de todo eso, me ha enseñado mucho y entre tantas cosas, día a día me ha dado grandes clases la humanidad.
Desde mí alma y mi corazó gracias a todos, y a la generosidad de artistas, público y de todos aquellos que pelean diariamente contra el cáncer.
La medalla es el símbolo de esa lucha sin aliento. Yo tengo una foto de esa medalla que a mí me vale porqué me llena de orgullo y de respeto por todos aquellos que nos dejaron con entereza y con aquellos que siguen luchando con entereza.
Grazie Fabio, gracias a todos y grazie Daniela per tutto, perché sí, perché sempre sarai grande e sarai presente nelle nostre anime e nei nostri cuori,
Aldo Mariotti



sábado, 27 de mayo de 2017

Paco Leiva “Caimán”
El que le cantaba a los gorrioncillos (pobrecillos).

He tenido en mi vida la gran suerte de conocer gente de todo tipo, algunos muy inteligentes y, entre estos, conocí a Don Francisco Leiva, para mí Paco Caimán. Así me lo presentaron y así le llamo: "Caimán".
Hace algunas fechas escribió un muy interesante artículo titulado "Prima Donna" donde tuvo a bien  elogiarme. A los 55 años, y el que diga lo contrario miente como un bellaco, te sigue gustando que te elogien y te ensalcen, especialmente que te ensalcen ya que otras cosas se ensalzan menos, bastante menos, nada o casi nada.
Mi amigo Caimán, está en las antípodas de mi pensamiento político, ¡faltaría! No podría jamás pensar como él ya que me saldrían sarpullidos, y creo firmemente que el pensamiento es recíproco, no se equivoquen. Nuestros enfrentamientos dialécticos eran cada vez más radicales, a ver quién la decía más gorda, sin ningún pudor ni respeto, para echarse a temblar. Se llegaba a la amenaza física, violenta, pero nunca llegó, ni llegará; de hecho, si tuviesen que dar una definición de "perro ladrador, poco mordedor" deberían publicar una foto de los dos haciendo ganchillo.
Las manos de Caimán son como las de un dentista de esos que te fías solo con vérselas y no como las mías, con dolores ( reuma, artritis y artrosis para parar un carro) que apaciguo tomando un sinfín de pastillas de cartílago de tiburón que ridiculizarían al mismo Spielberg y a su tiburón de marras. 
Él Culé, yo Periquito pero predominando el blanco sobre el azul (en mi caso). Lo he tenido que aguantar en Copas de Europa, Copas de Su Majestad el Rey y ligas hasta decir basta.  
Ninguna persona de derechas que se precie, aguanta a otra de su mismo pensamiento político y si es radical, menos todavía, porque, nos cueste o no reconocerlo, la mayoría de los de derechas somos insufribles. Caimán en cambio es un izquierdista, eso sí, izquierdista de Sebago (últimamente parece ser que se ha pasado a la firma de zapatos Crockett & Jones lo cual es una auténtica afrenta y un insulto al Imperio Británico), de la izquierda divina (gauche divine), como la llaman para hacerse los interesantes. De divino nada y de toca pelotas todo.
Nos hemos enfrentado en discusiones que serían dignas de estudio por parte de  Sigmund Freud y de cualquier psiquiatra que quiera ganar el Nobel de medicina. Fellini nos pone una cámara delante y los Oscars le caen como el granizo. Diría que hay algún bebedor compulsivo que después de escuchar una de estas discusiones entre los dos se ha ingresado, lo ha dejado y se ha rehabilitado; otros seguramente han empeorado, y la mayoría ha doblado el consumo etílico.
Días de peleas sin cuartel a ver quién era el que mejor “marmitako” guisaba: está claro que el mejor es el mío, no lo duden.
"¡¡¡De la alçada de un Campanar!!!" es la célebre frase de Caimán cuando expresaba estar convencido de tener la razón, que era algo que decía a diario y encima resultaba cansino. Casi nunca la tenía, igual que yo, pero cuando sacaba el  índice del dedo inquisidor, levantándolo hacia el cielo y esgrimiéndolo como una espada era, es y sigue siendo, infalible para embaucar a los incautos. 
En cambio "No tienes ni p...idea" era mi frase que, como se puede dilucidar, es mucho más delicada y democrática. Yo no podía esgrimir el dedo inquisidor por los dolores reumáticos y también por miedo a que mi vodka se cayera al suelo.
Por cosas que harían reír a un escarabajo pelotero hemos discutido  horas, días y semanas, pero entre los aromas del cigarrillo, del vodka y  de la ginebra, empezamos a forjar y a fraguar una amistad de 5 estrellas.
Ahora, como es un izquierdista de pro, vive en Sant Cugat que, de todos es conocida como una población que no ofrece dudas.
Ya no lo veo tanto y me duele mucho el alma, me duele porque es un amigo y un tío con una inteligencia privilegiada del que me gustaría disfrutar a diario, el negarlo sería una estupidez y una falsedad. Es un fuera de serie, es divertido, es culto (y si no sabe de algo se lo inventa…se non é vero é ben trovato) dinámico, dicharachero, rápido, fulminante... es inteligente…Miren si es genial e inteligente que no se toma ni la molestia de....de nada.  
Para no parar de reírnos de nosotros mismos deliberábamos quién estaba mejor de los dos físicamente hablando… y con menos tripa…. La verdad es que los dos gozamos de un pecho caído de alucine, pero que vale una pasta porque no sabemos ni lo qué son hamburguesas de fast food,  ni fritos, ni porquerías varias. Somos tripones y triperos de marmitako, de fabadas, de buenos pescados (a la plancha ni hablar, que es de enfermos), de buenas carnes, de cocidos o escudella i carn d’olla, de marisco, que con sólo mirarlo el ácido úrico salía a bailar por rumbas, de manjares privilegiados. “¡Paco, nos tendríamos que apuntar a un gimnasio!” si aquel día no le dio un infarto de la risa ya no le da nunca. Mi reflexión era seria hasta que empezaron a llegar los otros amigos que venían del gym, y llegamos a la conclusión de que ir al gym era arriesgarse a coger gérmenes y que eso era de hippies, y soltamos alguna reflexión absolutamente incorrecta, irrepetible en este momento.
 Aprendimos a reírnos de nosotros mismos  y así funcionamos. A amigos que venían del gimnasio, los mirábamos y lo primero que pensábamos era la envidia que nos causaban con esas camisas fit, fit, fit y que nos creaban estrés sólo con mirarlas. Tenían y tienen menos carne que una bici, son metrosexuales... allá ellos con sus manías, pero el fit, fit , fit de marras te obligaba y te obliga a meter tripa y, claro, llegas a casa con un grave problema respiratorio y con unas agujetas de campeonato. Al final nos íbamos de “tapadillo” con nuestros respectivos embarazos, embarazos de ocho meses largos, para soltar nuestros falsos y brindar por aquellos masoquistas.
Pero el súmum, lo máximo es lo de su voz privilegiada cuando canta "gorrioncillo qué melancolía…." que según él las notas las pone TOTES A PUESTO”… es su opinión....que no coincide con la de los gorriones que han emigrado para no volver, ni con la mía…, pero el sentimiento que le pone y le ponía desgarraba el alma....y los oídos..... 
Gracias Caimán por tus palabras, eres un número uno a pesar de todos tus defectos deportivos y políticos que atesoras y que son "com la alçada de un campanar", dedo índice arriba incluido.
Pero eres y serás siempre un número uno con un alma de cinco estrellas.
Mi abrazo más entrañable.
Tu amigo.
Aldo Mariotti