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sábado, 1 de diciembre de 2012

¡MAYDAY!





He recibido una carta del Teatro del Liceu firmada por el Director General, el Director Artístico y el Director Musical. En dicha misiva, nos piden que ayudemos al teatro, con aportaciones privadas,  a salir de la preocupante situación económica en la que se encuentra. Me parece una salida desesperada, ya lo creo.
Si tengo que contribuir, cosa que no descarto, lo haré solo cuando se hagan públicas todas las cuentas del teatro, los departamentos y los salarios, pero esto se que no lo van a hacer y no lo van a hacer porque se les caería la cara de vergüenza a más de uno. En mi blog he denunciado sin cesar la situación en la que se encontraba y se encuentra el Liceu, lo he escrito muchas veces. Me comentaba no hace mucho un buen amigo que me tachaba de alarmista y exagerado, pero si uno conoce un poquito este mundo, sabe que esto es lo que hay y que es lo que iba a pasar.
Miren Ustedes, no es que yo sepa más que nadie, la verdad es que sé bien poco, pero tengo sentido común y el día que leí el número de empleados que tiene el teatro lírico barcelonés, la pasta que cuestan las producciones y los desbarajustes que hay en cada departamento, me di cuenta que esto tenía que acabar como el “Rosario de la aurora”. Acabará como la mayoría de los entes líricos italianos que pagan religiosamente las nóminas de los despachos, pero a más de un artista le adeudan cachés desde tiempo inmemorable. La lógica dice que un teatro de ópera se llena y funciona si hay orquesta, si hay coro y si hay solistas; es evidente que necesita una parte burócrata: recursos humanos, administración, tramoyistas, etc. etc., pero ¿en qué proporción? No en la que hay ahora en el Liceu que está, a todas luces,  totalmente desproporcionada.
El río de dinero que ha entrado en ese teatro se ha convertido en un riachuelo y baja más seco que la mojama.
Los delirios de grandeza, las fastuosas y carísimas producciones de los del “Konzept”, las primeras figuras a cualquier precio, los despachos a rebosar, el escenario quedándose cada día más falto de artistas, las entradas a precios desorbitados y ¡claro!: la crisis, que es la que tiene la culpa de todo.
La culpa es de quien ha sobredimensionado el teatro, los que han contratado sin necesidad y por motivos “políticos” y los que han permitido que esto ocurriera.
Ahora nos piden a los ciudadanos que colaboremos desinteresadamente para salvar el teatro: ciudadanos a los que nos crujen a impuestos y que con éstos y con la compra de entradas hemos mantenido este festival. Estoy dispuesto a colaborar, pero no a fondo perdido. Que la administración reconduzca el teatro a lo que tiene que ser y que no sigan con el modelo actual.
Si hay que contratar producciones antiguas, de bajo coste, que lo hagan, que utilicen las más de treinta producciones que tienen en los almacenes, que redimensionen los despachos, que consoliden coro y orquesta, que reduzcan cachés de los artistas y si no que contraten buenos cantantes aunque no sean tan mediáticos, que contraten artistas del país que los hay, que cantan muy bien y que necesitan trabajar, pero está claro que si hacen esto, es muy probable que no necesiten del dinero en forma de ayudas.
Colaborar sí, pero no a cualquier precio y sin saber la realidad de los números y de las cuentas que deben ser,  a todas luces,  impresentables.

1 comentario:

  1. Aldo: mi nombre es Mónica Stirpari y soy pianista argentina (hasta que obtenga la ciudadanía italiana).
    En abril debo ir a Italia para cumplir con eventos artísticos y desearía comunicarme con vos. Me interesaron mucho los artículos de tu blog.
    Sería muy atractivo poder brindarle mi música al pueblo español.
    Mi sitio web (incompleto) es: www.monicastirpari.com.ar

    Nos comunicamos entonces!

    Te saludo muy cordialmente cordialmente

    MONICA STIRPARI

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