Uno de mis
secretos más “ocultos” es que un servidor lleva más de 20 años subiéndose a los
escenarios, pero no sufran que no es para cantar ópera, no se me asuste el
personal y huya como alma que lleva el diablo. Me subo al escenario porque
tengo una banda de R’n’LL y el nombre de “banda” es porque somos una autentica “panda”,
pero de desalmados e inconscientes. Cuando empezamos éramos jóvenes y con una
ilusión que no les quiero ni contar. Nos llamamos “Looney Tons” (Toneladas lunáticas)
y los que me conocen saben el porqué del nombre.
Recuerdo una
vez que un pobre propietario de un local nos contrató y nos dijo: “no os puedo
pagar mucho, pero ¡¡tenéis barra libre!!” ¡pobrecito!, al siguiente concierto
nos multiplicó el caché por 10 y nos dijo que nos pagáramos las copas: como se
pueden ustedes imaginar, salimos perdiendo (yo especialmente). Hemos tocado en
garitos que ni siquiera las mentes más retorcidas pueden elucubrar, con un
nivel de cinco estrellas y si alguno de mis amigos se enterara de que locales
hablo no me volvería a dirigir la palabra. Noches de autentico rock and roll,
¡a saco! A horas intempestivas de allí vienen mis famosas frases a mi Mamá “no
pagues el rescate que me liberaré solo” o como una vez que llegué muy tarde,
mi Madre me pegó una bronca de órdago a la grande por la hora tan mañanera a la
que había llegado; la frase cierta, pero muy poco acertada fue: “Como no
quieres que llegue tarde, llego pronto por la mañana”: la que me cayó fue
pequeña. Por no entrar en el detalle de describirles la cara de mi Padre, solo
de recordarlo me dan cagaleras.
Hemos
recorrido la mayoría de locales con más pedigrí de Barcelona y alrededores (lo
de pedigrí es coña). Teníamos un séquito de fans de campeonato, masoquistas los
llamaría yo, ya que en cada concierto aparecían y en aquellas épocas (cuando
Franco era cabo furrier) tocábamos tres veces por semana.
Ahora
hacemos un concierto al año y necesitamos los otros 364 días para recuperarnos,
eso sí, si el año es bisiesto tenemos un día más y no se imaginan ustedes lo
bien que nos viene: a ciertas edades esfuerzos poquitos, vamos los justos.
Los kilos
suben, las canas ni les cuento, los dolores reumáticos, tirones musculares, la
maldita ciática, por no hablar del reuma, pero allí seguimos, en la brecha. En
pocas palabras: estamos en la época del “Si no fuera por…” Ahora necesitamos
una carretilla eléctrica para subirnos al escenario, en las bambalinas tenemos
bombonas de oxígeno, reconstituyentes
varios y genéricos. Una vez pedí una enfermera, pensando, iluso de mí, que la parte contratante me buscaría una
princesa de cinco estrellas. Me trajo una, pero cuando la vi me tuve que auto
ingresar en el hospital.
El próximo
día 26 del presente nos volvemos a subir al escenario, el local es el Café
Noir, ¿Dónde está? No lo sé, pero si ven una ambulancia aparcada en la puerta
de un “garito”, allí es. El horario es prontito ya que a ciertas edades nos
tenemos que tomar la medicación y acostarnos enseguida porque con nuestros años
hay que hacer como los críos, dormir mucho.
Os espero a todas,
a ellos si quieren venir también. Eso sí, dejaros el “Sonotone” en casa y no me
pidáis muchos bises que llego justito y ya no estoy ni para darme un baño de
multitudes ni para estos trotes. Aguantaremos algo más ya que como en todos los
sitios no se puede fumar (porca miseria!!!) y entonces estamos algo más
oxigenados.
Os esperamos
con mucho Rock & Roll, con los clásicos de ayer...o de hace 60 años. Ya se
sabe, a ciertas edades uno ya no sabe ni en el año en el que vive…
Se me
olvidaba, si alguien tiene “Ibuprofeno” de un milígramo que me traiga una caja.
Gracias.
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