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viernes, 10 de agosto de 2012

Ojalá que te vaya bonito…


Ojalá que se acaben tus penas…Adiós Chavala, Señora Vargas.
En el recuerdo quedará tu voz rasgada, con esa interpretación que hacía brotar lágrimas y soliviantaba el sentimiento…no se que tienen las flores, Llorona…ahora sí lo sabemos, las flores lloran y muchos de nosotros lloramos tu adiós, tú último trago, el último de todos los tragos del mundo. El cigarrillo con el que jugabas, esa voz de verdad y de puro sentimiento ya no volverá a salir de tus labios…entonces yo daré la media vuelta y me iré con el sol, cuando muera la tarde…te has ido de cara, de frente y por derecho, a la muerte la esperaste y con  todas nuestras almas diste la media vuelta…Por tu amor que tanto quiero y tanto extraño, que me sirvan otra copa y muchas más…esa será la que me tome yo y brindaré por ti allí donde estés y me la tomaré entremezclada a las lágrimas saladas, de esa sal de la vida que nos diste y nos das, pensando y recordando tu arte, que fue y que sigue siendo mucho…te juro que no volveré, aunque me haga pedazos la vida…y no volverás Chavela y no hace falta que lo hagas,  estarás siempre en nuestra alma sentimental,  en borrachera que no terminaba… y en el tren de la ausencia te vas, sin boleto de regreso, no nos devuelvas tus besos, esos se quedan con nosotros para siempre. ¡Hay Chavela! Teñiste de sentimiento, de arte, de belleza la canción y esta te recordará para siempre…Manzanita, tan dulce y exquisita que siempre te quisiera morder…¡morder tu arte Chavela!…y toda la vida la estría contigo, ser especial, voz absoluta, para poner los cinco sentidos…ponme la mano aquí Macorina…aquí están las manos de todos aquellos que queríamos tu arte de artista inconmensurable que ahora se escurre entre los dedos…y a pesar de la enorme distancia…estés en nuestro corazón Doña Chavela Vargas y la guitarra estremecerá con el requiebro y tu recuerdo será eterno…poco a poco, la distancia se va haciendo menos…a ti nos acercamos Chavela…nos enseñaste a querer como querías tú y…entregarte “todito completo”, que no te ha cabido más amor en tu ser, que lo diste todo y que nos enseñaste a amar. Adiós Chavela, Señora Vargas. Aprendí a amar contigo y seguiré aprendiendo. Un día le dije a una mujer “amanecí otra vez entre tus brazos y desperté llorando de alegría, me cobijé la cara con tus manos para seguirte amando todavía ella despertó y me quiso decir no se qué cosa y callé su boca con mil besos, para seguir amándola todavía” y fue la noche más maravillosa de mi vida. Has dado la media vuelta Chavela y nosotros contigo, nos iremos cuando toque y nos iremos como tú te fuiste dando, esos sí,  la media vuelta…y nos enseñarás a querer como nunca hemos querido…
Adiós Chavela, adiós Señora Vargas.

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