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martes, 14 de febrero de 2012

Ríos de tinta


Se están gastando ríos de tinta, de pulsaciones en el teclado, hablando de la situación del teatro del Liceo de Barcelona.
Presentación de un ERE, suspensión de dos títulos, de recitales, de ballet y algo de la programación del “petit Liceu”.
Situación crítica y cruda la que se nos presenta a los contribuyentes que, en algunos casos, somos también espectadores y esto lo recalco porque en el fondo todo lo pagamos entre todos y cuando pagamos una entrada ya hemos pagado alguna parte con nuestros impuestos.
Lo que no entiendo es porque no se enseña  el balance y las cuentas públicamente. Lo tienen escondido y guardado a buen recaudo ¿...Il perché non so? (“…porque no lo se” cantaba  Mimí en la Bohème) yo me lo imagino e intentaré razonarlo.
El Liceo se quemó, lo reconstruyeron y pasó a ser el “Liceu de tots” (El Liceo de todos); se gastaron lo que no está en los escritos en la reconstrucción, los antiguos propietarios renunciaron a la propiedad, pero mantienen los derechos (por ejemplo pagan menos por un abono, creo que un 25%). El Liceo dejó de ser aquel teatro “privado” para convertirse en un teatro moderno, de todos y naturalmente donde las instituciones públicas tomaban el mando. Parecía que lo habían salvado ellos, no los contribuyentes. Un escenario que podría perfectamente hacer una función diaria y doble programa los sábados y domingos. La infraestructura más moderna del mundo, así decían. Se empezó a contratar gente a mansalva, sin ton ni son, sin reparar en gastos ya que la casa era grande.
Los años pasan y ahora ha llegado la crisis, crisis mundial, crisis galáctica o como Ustedes prefieran. Al Sr. Marco, actual Director General, le toca bailar con la más fea, le han cerrado el grifo y allí se las apañe. Piden su cabeza como a “Andrea Chenier”, pero esto es algo que va ligado al cargo que desempeña. Como es un cargo político tiene que tragar y como no, nunca decir la verdad. Los recortes artísticos que crean alarma social y un sinfín de comentarios, no son más que cortinas de humo: el fuego lo tienen otra vez dentro y es un cúmulo de esperpentos que vienen desde hace muchos años.
Miren Ustedes, un teatro de ópera, para funcionar, lo primero que necesita es tener un coro y una orquesta de nivel y sus miembros deberían  ser intocables. Es cierto que  se necesita una dirección general, una dirección artística, un director musical estable, dirección financiera, de personal (ahora Recursos Humanos), técnicos y demás personal. Me parece perfecto, pero todo esto ha de estar bien equilibrado y ahora como ahora está totalmente fuera de norma, pero no solo ahora, ya lo estaba cuando se volvió a abrir el teatro. No es de recibo que haya tanto personal en el teatro, especialmente en la parte administrativa. En mi vida profesional he conocido empresas muy grandes y nunca había visto tanto desequilibrio. Pero las empresas que yo he conocido no eran públicas, eran privadas y ya se sabe que el privado, el empresario,  le tiene mucho respeto al dinero, no lo tira y contrata lo justo y necesario.
No defiendo en absoluto al Sr. Marco, pero parte de culpa la tienen sus predecesores que son también directamente responsables y no se pueden ir de “rositas”. Que den la cara, pero nadie lo va a hacer, sus jefes son otros, son  los políticos que han dejado y han utilizado el arte y la cultura como moneda de cambio y han utilizado el teatro para acomodar a quien les ha interesado, eso sí: a costa del contribuyente no nos olvidemos.
Que los trabajadores del Liceo renuncien a la paga extraordinaria de Junio, es loable, pero es otra cortina de humo, quieren meterle más presión a la dirección del teatro, pero no se dan cuenta de que esto es solo la punta del iceberg y que la dirección del teatro va a poner en marcha un despido masivo de personal en los próximos meses y  en ese despido masivo, desgraciadamente, van a meter a todos en un saco: coro y orquesta incluidos y esto me parece una autentica aberración y una manipulación de órdago a la grande a parte de un insulto a la inteligencia.
El Liceo cuenta con una orquesta con 82 profesoras y profesores y el coro lo componen 67 artistas (ahora 65 ya que hay dos de excedencia), 149 en total mientras en la administración del teatro hay alrededor de 140 trabajadores. Una empresa dedicada a la música, que tiene una plantilla de 395 trabajadores después del último ERE (antes eran 450) tiene contratadas más o menos a 140 personas en la administración, ¿alguien me lo puede explicar?, no creo. Lo podrían explicar, pero semejante esperpento dejaría a más de un político en el candelero y esto va a ser que no, esto es políticamente incorrecto.
Los ciudadanos nos quejamos de los recortes artísticos, pero no nos paramos a pensar de la gran malversación que se ha hecho con nuestro dinero, no ahora, desde que el teatro volvió a abrir. Puestos de trabajo inútiles, sin pies ni cabeza.
 Rezaba el refrán: de aquellos barros vendrán estos lodos y el refranero casi nunca se equivoca a diferencia de estos administradores que han sido incapaces de gestionar una entidad como el Liceo.
Saludos,
Aldo Mariotti

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