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domingo, 20 de noviembre de 2011

Bicing


En los tiempos que corren, en estos tiempos se nos ha despertado la conciencia por la contaminación, nos obsesiona la capa de Ozono, la polución, el tabaco y otro montón de cosas que echan humo. Vivimos, según parece,  en un mundo sucio e infecto.
No contentos con eso, para sustituir al oro negro o para intentar reducir su consumo, se han creado energías alternativas como las eólicas o solares. Estas cuestan un ojo de la cara y parte de la retina del otro. La nuclear ni nombrarla, es como mentar la soga en casa del ahorcado aunque es la energía más barata y la que menos contamina.
En este afán de luchar contra la contaminación se inventan en Barcelona y en otras ciudades de nuestro país el bicing. La bicicleta: no consumes gasolina, haces ejercicio y no contaminas. He venido siguiendo este fenómeno y la verdad que me quedo algo espantado de lo que realmente es este servicio.
El otro día después de una cena en las cercanías del puerto de Barcelona volví a mi casa, lo hago en coche porqué a mi el ciclismo me gusta verlo en la tele, sentado cómodamente en mi butaca con una copa y un buen cigarrillo. Cuando veo a los ciclistas subir el Mortirolo, la Croix de Fer, el Tourmalet, La Cima Coppi, o los lagos de Covadonga, me aparecen rampas, sudor frío y acabo agotado de tanto estrés, ser Indurain o Pantani no va conmigo aunque siento por los ciclistas una admiración especial, están hechos  de otra pasta. Pero volviendo al tema: volvía a casa y vi unas cuantas furgonetas con la escrita BICING en los laterales, con un larguísimo remolque cargando montones de bicis. Esto pasaba cerca del puerto. Barcelona es una ciudad de mar a montaña y viceversa por lo que es de bajada y de subida. Cuando llegué a los aledaños de mi casa, que está cerca de la montaña, a media colina, vi algún que otro parking de bicicletas, totalmente vacíos. En eso que llega una de esas furgonetas para descargar velocípedos. Tuve un ataque de curiosidad y me bajé a preguntar, tonto de mi.  ¿Por qué en la zona del puerto de Barcelona las susodichas bicis rebosaban los parkings y en las zonas de montaña, por la noche, los aparcamientos estaban vacíos? El señor de la furgoneta me contestó: “De bajada todos son Contador, de subida ninguno, bajan en la bici y luego vuelven en metro, en autobús o en taxi  por eso durante la noche teneos que reponerlas en esta zona y descargar las zonas de abajo”. A todas estas la furgoneta parada, pero con el motor funcionando, seguía sacando humo por el tubo de escape, pero este no debe contaminar ya que es un servicio de bicicletas.
 Curioso, como es curioso que en Barcelona se han restringido carriles para la circulación de vehículos para hacer el carril bici que normalmente los ciclistas urbanos no respetan, por no hablar de las aceras que se han convertido en atajos para estos ciclistas. Algunos van por las vías peatonales como Cippollini al sprint, los semáforos no son para ellos, son para los coches y para los peatones. Cada día aumentan el número de accidentes donde hay bicis involucradas, pero los ciclistas no tienen de momento la obligatoriedad de tener seguro como los coches y no tienen que pagar impuestos de circulación aunque circulen.
Que quede claro que no todos los ciclistas son iguales, los hay que respetan las normas de circulación al dedillo.
Todo esto, los ciudadanos de a pie, o los que van en coche tenemos que tragar, pero para más cachondeo el otro día un asesor del Ayuntamiento de Barcelona me comentó que este invento le cuesta a las arcas del consistorio barcelonés la no despreciable cifra de 15 millones de Euros al año, recuperando 3 millones por parte de los  abonados a este servicio. Restando nos queda una pérdida de 12 millones al año. La cifra me parece escalofriante y la pongo porqué me la han dicho, no la he podido contrastar, pero viviendo de un asesor del consistorio no tengo por qué dudar de su veracidad.
Seguimos con los recortes en sanidad, seguimos con cierre de camas hospitalarias, de quirófanos. Tenemos en Catalunya 50.000 familias que no tienen ningún ingreso a final de mes y no reciben ningún tipo de ayuda. Pero ver la ciudad llena de bicicletas, parece ser que la hace más humana, más progre y más anti sistema aunque por las noches, las furgonetas sigan contaminando mientras reponen las bicis que son solo de bajada, las subidas, esas, son para Contador.
Saludos,
Aldo Mariotti

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