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domingo, 27 de noviembre de 2011

Reflexión sobre una mentira

Entre gritos de ¡asesinos!, ¡cerdos! ¡Hijos de puta! Y otras lindezas hemos ido yendo al coso barcelonés todos los domingos desde hace ya algunos años. La policía, los mossos d’ esquadra rodeaban el núcleo de anti taurinos que con pancartas muy coloridas formaban un grupo que cada domingo se posicionaba delante de la entrada principal de la Monumental de Barcelona.
Hay varias cosas que me dejaban, ahora que el coso ya no volverá a abrir sus puertas, perplejo y que me llevan a unas cuantas reflexiones.
Que quede bien claro que yo respeto las ideas de todos, pero lo que no respeto es la manipulación; esta no porque esta reside en la ignorancia, en la indigencia mental y en el analfabetismo funcional.
Parece ser que hay toros y toros. Si toreaba Tomás, Don José, el número de animalistas era mayor, si toreaban otros, sin tanto cartel, eran menos los que acudían a ponernos a “caldo”. Es curioso, se llegó a montar una manifestación uno de los días que el fenómeno de Galapagar visitaba nuestra plaza. Los toros que torea el diestro madrileño, parece ser, reciben más tortura que los otros.
Estoy plenamente seguro que hay algunos, no muchos, que realmente están convencidos y luchan en contra de lo que ellos llaman el maltrato animal. A estos los respetaré siempre.
Pero la manipulación es sibilina y aprovechando  el sentimiento de algunos montan la “mundial”. Miren Ustedes queridas  y queridos lectores: según el baremo de estas personas hay y existe todavía maltrato animal. Cada día se abandonan perros, cada día se maltratan animales, cada día hay pájaros enjaulados, hámsteres, cobayas sacrificadas en nombre de la ciencia. Cada día son sacrificados en los mataderos miles de animales para nuestra alimentación, es lógico, pero no es lógico, según este baremo, como se crían y en qué estado de estrés viven hasta llegar al día que los sacrifican. No se puede montar una cruzada contra esto, nos tenemos que alimentar,  pero si se podría o se debería montar una en contra de los zoológicos que siguen abiertos en este mundo. 
Los animales salvajes son enjaulados para gozo y disfrute de grandes y pequeños, luego te sale el listo de turno y te dice que están muy bien cuidados y que se respeta su hábitat natural. El hábitat natural de un león o de una cebra es la sabana, el de un oso polar es el ártico y no una jaula o un recinto. Menuda putada para Copito de Nieve que nació blanco, ¡a la jaula con él! y a sacarle semen para ver si en cautividad se podía tener otro gorila blanco. Barcelona, ciudad anti taurina y animalista tenía como emblema a este pobre primate que su único delito había sido nacer albino.
No entiendo todavía como ese grupo de animalistas no montan un chiringuito permanente delante del zoo en el maravilloso Parque de la Ciudadela y a todo el que entra lo tilden de asesino y torturador. 
El que quiera ver animales que los vea en el National Geographic o que se vaya a África o al Polo. Que dejen ya de manipular. Ya vale de tanta tontería y falacia, vale ya de escudarse detrás de los animales para ir contra algo que toda la gente con dos dedos de frente sabe y conoce.
¿Dónde están esos animalistas? No los veo en la  puerta del zoológico, no los veo en los criaderos de pollos, cerdos y ganado vacuno. No han montado ninguna excursión para acabar con la tortura de las ocas que producen entre dolores inimaginables el foie o sin ir tan lejos en la puerta del ayuntamiento para protestar contra el exterminio de palomas y de cotorras que se perpetran en la ciudad condal.
Si vuelvo a los toros, ¿por qué no se manifiestan contra el correbous? Que dicho sea de paso es otro ejemplo de tortura.
Pobres de nosotros, nos manipulan, nos utilizan y se ríen de nosotros en la cara. Para sus fines lo utilizan todo, incluso a los animales. Maquiavelo al lado de estos es un aprendiz, ¡vamos que está en pañales!
Saludos,
Aldo Mariotti

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