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miércoles, 23 de noviembre de 2011

Todo vale

En un ataque repentino de moralidad, varias empresas anunciantes en el  programa “La Noria” han decidido retirar sus anuncios de este programa donde se hizo una entrevista a la madre del “Cuco” implicado en el asesinato de Marta del Castillo.
Todo vale para ganar audiencia, cuanto más tétrico sea el tema más adeptos genera y esto no se cómo interpretarlo, probablemente porque nuestra sociedad ha perdido todos los valores morales y ahora lo que prima es el escándalo y el mal gusto. El tanto tienes, tanto vales ha ganado muchos enteros, vamos que sube como la espuma, vales lo que tienes en el bolsillo y no importa de que manera o modo lo consigas. Hemos y seguimos viendo programas y programas dedicado s al cotilleo, al “marujeo” a la falta total  absoluta de moral por parte de las televisiones que en lugar de preocuparse por dar al espectador una programación más rica es contenidos culturales, se dedican a la chabacanería. Todo vale y esto parece ser que es lo que el público quiere, lo que pasa es que al público no le dan la opción de escoger: nos colocan programas basura de la noche a la mañana.  El otro día dieron una película del genio Tatí “Las vacaciones de Monsieur Hulot” pero para verla o sufres de insomnio, o la grabas o tienes que irte a dormir tardísimo. Todo vale para ganar audiencia, cuantas más barbaridades cometa alguien mejor. Los pseudo  famosos retozan en un mar de dinero y al estilo Operación Triunfo, reciben escarnio y mofa para deleite de sus entrevistadores y para los aficionados a la caja tonta que como su nombre indica: atonta y en gran medida manipula. Gente procesada, gente que ha robado, que ha  traficado, que ha delinquido campa a sus anchas en el mundo del “todo vale”. Personajes que se han llevado el dinero de la gente, que lo han robado se pasean con total impunidad por los platós de televisión en lugar de estar a buen recaudo.
 Vivimos en un mundo donde reina la “asignatura para la ciudadanía” un bodrio, un invento que no consigue nada, solo manipular y dar un tipo de educación que desgraciadamente recoge lo que siembra: fracaso escolar, respeto nulo a los profesores a los que  incluso agreden físicamente;  verbalmente es el pan de cada día.
Parte de esta “educación para la ciudadanía” se basa en el sexo y las tendencias sexuales. Desde pequeño he respetado y he aprendido a respetar a todos y a todo. Resultará ahora que los que vivimos en mayor o menor medida  durante la dictadura no sabemos todavía que los niños no vienen de París, que la cigüeña no trae nada y que “tocarse” no es pecado y no te salen pelos en las manos. Con los homosexuales tanto de lo mismo, no son ni mejores ni peores, ni más listos ni más tonto,  son seres humanos y personalmente valoro sobre todo la persona: con quien se van a la cama me importa tres pares de narices.
Lo que hay que enseñar es la decencia, la educación y otras conductas de convivencia y esto se aprende fundamentalmente en casa, los padres son en mayor medida los responsables, pero claro ahora los padres, por decir, no pueden ni siquiera escoger en qué idioma quieren la escolarización de sus vástagos.
Miles de millones nos cuestan las televisiones públicas, canales y canales que tienen una audiencia paupérrima y allí siguen abiertas con programaciones chabacanas y de un nivel cultural  ínfimo y de un mal gusto de órdago a la grande.
Algo se está pudriendo en nuestra sociedad cuando vemos que un canal informativo, (sea del color que sea) en este caso CNN Plus, es cerrado y substituido por un esperpento como Gran Hermano.
El ataque de moralidad que le ha dado a estas empresas retirando sus anuncios debería ser el principio de una reflexión para todos. La gente está harta de ver cada día lo mismo y alucinar pensando que una de estas “famosas” que se arrastran por las cadenas, si se presentara a las elecciones, sacaría 9 diputados, al menos eso es lo que dicen.
Al estado se le tendría que caer la cara de vergüenza por propiciar semejante esperpento, pero esto es lo que hay y es lo que se interpreta como cultura. La cultura del pelotazo, la cultura del todo vale, la cultura de lo hortera y de la indigencia mental. Para ellos mejor: cuantos más analfabetos hayan, más fáciles de manipular.
Como decía el Conde de Romanones: ¡Joder qué tropa!
Saludos,
Aldo Mariotti


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