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domingo, 20 de noviembre de 2011

Pallaringas, Lorzas y más cosas....

Hace un año, más o menos,  tuve el privilegio de conocer a un grupo de señoras, todas ellas felizmente casadas para mi desgracia. Se llaman a si mismas “el grupo” cenan, salen y se lo pasan de órdago a la grande; tienen un espíritu que ya le gustaría a la mayoría de mis amigos.  Son todas más jóvenes que yo, todas y lo recalco porqué si luego me leen y hay un atisbo, por mínimo que este sea, haciendo alusión a que son mayores que yo (cosa totalmente falsa),  puedo morir degollado, colgado o fusilado. Estas serían formas de morir suaves, pero os aseguro que todas ellas tendrían ideas mucho más perversas.
Hace un par de semanas les cociné unos “spaghetti alla carbonara” a todas ellas;  del sexo débil, o sea los hombres, yo era el único. Solo ante el peligro, es broma. Me lo paso como los ratones colorados con ellas, son divertidas, rápidas e inteligentes a parte de estar más ricas que el pan y cuando me convocan como invitado especial me llevo una alegría inmensa y empiezo a cantar de felicidad.
Todas ellas estupendas, elegantes, guapas y con unos tipazos de escándalo. Empezaron a hablar de la línea y yo, que en estos momentos estoy muy sensibilizado con esta cuestión (estoy a régimen estricto),  las escuchaba con la máxima atención.
Hablaron primero del Botox, que es algo que te inyectan y te quita las arrugas, colágenos varios y de siliconas varias. Entre ellas no se critican, pero a más de una, si no está presente,  la arreglan para la mortaja. La cena iba transcurriendo y, de repente, aparecieron expresiones como “las lorzas”; parece ser que esta definición es para los solomillos o sea las chichas que te salen en las zonas lumbares. “Las pallaringas” que es un término general para definir todo aquello que cuelga (en las mujeres, aclaro. En los hombres, para lo que cuelga, la definición es: “dedalín”).
 “Pallaringas” por ejemplo son también aquellas pieles que se hacen flácidas por encima de la rodilla. En cambio la flacidez en los brazos tiene definición propia: se llaman “escalopas”. La tripa es la tripa y si has hecho régimen la piel que te sobra entonces se la denomina genéricamente también “pallaringas”.
No llegaron a definir en su rico diccionario la celulitis, menos mal, porque  no quiero ni saberlo.
 Para las grasas acumuladas en las partes exteriores de los muslos la cosa se llama “cartucheras”.  Ni el diccionario de términos taurinos es tan rico y amplio. Aprendí en un santiamén los nombres de centenares de productos y para qué sirven. Para cada centímetro cuadrado del cuerpo tienen una crema, un tónico especifico.
Un nombre más cruel también existe, todo depende del grado de “cariño” que le tengan a la amiga o persona no presente: “escalopas de pollera”, pero este solo se usa en casos muy puntuales y extremos;  esta definición es de campeonato, vamos de concurso.
Servidor escuchaba atentamente, pero no se por qué motivo, disimuladamente empecé a tocarme todos los puntos que ellas iban desgranando con una facilidad y con un sadismo escalofriante  y llegué a la conclusión de que  estoy hecho una mierda, una porquería absoluta.
Ellas están perfectas, cinturas de avispa, piernas largas, cuerpos de infarto, sonrisas tipo “Profiden”  y guapas hasta decir basta. Yo cada vez me iba haciendo más pequeño, casi enano.
Mañana tengo el propósito de empezar a ir al gimnasio y a la piscina lo único es que me faltará el valor para ponerme el bañador ya que yo acumulo todas esas sádicas definiciones incluida la de “dedalín”.
Salí casi hundido, no, miento, salí completamente hundido, continuando con mi régimen de tortura al que estoy sometido y ellas tan estupendas, tomando gin-tonics, vino, pan, pasta, trufas de chocolate y en los cafés comen “chuches” y siguen estando guapas y con siluetas de anuncio. Yo, como parte integrante del sexo débil, ya no se qué hacer, estoy pensando en hacerme ermitaño o irme a la clínica esa que hay en Marbella a ver si me arreglo o, para casos como el mío, a Lourdes a ver si la Virgen me hace una gracia o un milagro, esta última opción es la más idónea en casos como el mío.
De todas formas me encanta estar con ellas, me lo paso en grande, son geniales, pero siempre llevo el botiquín con antídotos porqué si algún día  se muerden la lengua, igual se envenenan.
Saludos,
Aldo Mariotti


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